miércoles, 9 de agosto de 2017

MODIFICACIONES DEL ENCUADRE : subjetividad, transferencia y "vínculo"

Dra. Amalia Socci

Las teorías implícitas del psicoanalista en la práctica clínica, permiten considerar que las modificaciones del encuadre y la escucha psicoanalítica con las interpretaciones pertinentes, pueden ser sostén de procesos psicoanalíticos que de otro modo serían abortados por la posibilidad de recurrir a terapias no psicoanalíticas que apuntan exclusivamente a contener la angustia del paciente sin la posibilidad de comprensión y elaboración que el método psicoanalítico ofrece para conocer el funcionamiento mental.
El aparato psíquico se estructura en el vínculo con otro y su entorno, el cual  será único, singular.

Me refiero , por ejemplo,  a pacientes que en el transcurso de un tratamiento psicoanalítico son sometidos a intervenciones quirúrgicas cruentas y mutilantes,  también  podemos incluir aquéllos que sufren afecciones crónicas con variadas alternativas en cuanto a sus disponibilidades físicas. Por ejemplo pacientes mastectomizadas duramte el análisis u otro s casos de cáncer o en el caso de enfermedades graves como esclerosos múltiple, enfermedades de sistema,
La posibilidad de elaboración del psiquismo, es decir de lograr nuevas ligaduras entre representaciones existentes y nuevas representaciones con el posible cambio psíquico, es de fundamental importancia .Es entonces cuando debemos considerar la contratransferencia del analista y también su subjetividad al establecer el vínculo con su paciente, como participante en la posible elaboración del mismo.
Nos preguntamos si la repetición en transferencia, los actings, la regresión útil, llevan necesariamente a la elaboración. Considero que la respuesta es NO, porque ello dependerá en parte de lo que decía antes y en parte de lo que acontezca en la situación analítica, en ese encuentro con el analista y con todo lo que allí suceda principalmente la interpretación (contenido  y forma)
La emergencia de las situaciones mencionadas no necesariamente provocan la psicoterapización del tratamiento en detrimento de un proceso verdaderamente psicoanalítico. Al ser objeto de transferencia, el analista sabe que el analizando deposita en él un poder que es de naturaleza imaginaria.
Se trata de considerar el funcionamiento psíquico en circunstancias donde a mi entender el ámbito de la pulsionalidad sexual se restringe prevaleciendo la pulsionalidad de autoconservación.
La realidad psíquica cobra una dimensionalidad de realidad corporal donde hay que asimilar y rechazar y la supervivencia es la mayor preocupación. Esto puede tener incidencia en el establecimiento del encuadre con modificaciones o sostenerlo con sus constantes y variables. Insistiría en el mantenimiento de la asiduidad cuidando las actuaciones tales como “conversar” con el paciente de su afección corporal en detrimento de su realidad psíquica.
La vigencia de las pulsiones de autoconservación permite al psiquismo procesar nuevamente para reencontrar el camino que es la sexualidad.
Retomando lo expuesto quiero remarcar:
La necesariedad del encuadre
La instalación de la transferencia
La subjetividad del analista en la que incluyo sus experiencias de vida y su experiencia como paciente y/o como analista en aspectos referidos a la problemática específica del paciente.
Esto último puede dar lugar a discutir si acordamos que hay ciertas experiencias de vida absolutamente necesarias para la contratransferencia..
Se objetará que la realidad psíquica no tiene que ver con la realidad fáctica, pero “EN CIERTOS CASOS”, la realidad psíquica del analista puede no encontrarse con la del paciente, es decir tener repercusión afectiva. Sabemos la importancia que tiene reconocer que no todos los pacientes “son analizables conmigo”.
Quiero enfatizar el valor de la posibilidad de conjugar comprensión intelectual y afectiva desde valoraciones narcisistas similares.
Recordando a J.McDougall diría que los teatros de la mente y los del cuerpo del paciente tienen siempre personajes en busca de un intérprete en la mente y el cuerpo del analista.

1 comentario:

  1. Buenas tardes, argumento y reflexiones muy interesantes para pensar y para tenerlo pensado. Temas que no siempre encuentran un espacio para la reflexión y en esto le soy grato a la autora, Amalia Socci.


    Pregunto: Una alternativa podrìa ser una interrupción del análisis en los casos citados para retomarlo una vez superada la situación aguda?

    Leo en el capitulo "Las razones del corazón", (el caso Tim) en el mencionado libro de Joyce McDougall que ella, frente a la enfermedad aguda sufrida por su paciente le enviò una notita proponiéndole el rencuentro cuando se recupere para "tratar de cosas vitales", la autora llama la atenciòn al hecho de haber iniciado la nota con un "querido Tim" que tuvo sus consecuencias. (Teatros del cuerpo, pagina 147) O sea, mantuvo una distancia y una presencia por así decir, operativa. Un psicoterapeutico que la sorprende a ella y al paciente: "querido Tim" y una conservaciòn del espacio analitico expresado en: "para tratar cuestiones vitales".

    Freud aconseja leer historiales clinicos del modo en que los jugadores de ajedrez estudiaban las partidas de los grandes maestros.

    He encontrado gran interés en una reflexiòn final: "no todos los pacientes son analizables conmigo". Podriamos agregar, creo en consonancia con lo dicho: "no todos los pacientes son analizables conmigo, en este momento"?



    Agradezco esta nueva modalidad de participación que se nos ofrece.

    Afectuosos saludos.

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